Tal vez una mujer no muy conocida por su nombre, pero sí por sus acciones. Con una trayectoria de 24 años de carrera, de origen oaxaqueño y con diversidad de reconocimientos dentro de la industria del teatro, televisión y cine en México. Ángeles Cruz Murillo considera que en este texto, es más importante hablar de su procedencia que de su tendencia, ya que no siempre se le da ese mérito al lugar que te vio nacer. Ella nació en la Villa de Guadalupe Victoria- San Miguel El Grande, en Tlaxiaco, Oaxaca. En realidad, ella no soñaba con la actuación ni con la fama. Al contrario, de niña era feliz con tan solo dedicarse a la tierra y el cultivo. Su meta inicial era estudiar Ingeniería en Agronomía. Sin embargo, su vida fue cambiando a través del tiempo.
Estudió la licenciatura en actuación en la Escuela de Arte Teatral del INBA. Ha trabajado como actriz en teatro y cine por más de 15 años. Fue nominada por la academia sueca como mejor actriz en 1994 por La Hija del Puma y fue nominada al Ariel por Rito terminal. Su primer cortometraje como directora y guionista es Tiricia o cómo curar la tristeza, ganador de La Palmita EFM del XVI Tour de Cine Francés 2012. Galardonado como mejor cortometraje en 2013 por los premios Ariel y la Diosa de Plata como mejor cortometraje el mismo año.
Nudo Mixteco es el primer largometraje de la oaxaqueña Ángeles Cruz, donde abordará el tema de la sexualidad y empoderamiento de la mujer indígena. “Me interesaba mucho tocar el tema de la sexualidad de las mujeres en nuestras comunidades y cómo lo vivimos ahora en la época contemporánea. Quiero demostrar que está pasando con nosotras, mujeres indígenas, en este mundo de muchos cambios, de las realidades de las ciudades y de las realidades de nuestras comunidades”.
Con este filme, la originaria de Tlaxiaco, Oaxaca, pretende darle voz a las mujeres de su comunidad. La cual tuvo que abandonar en búsqueda de mejores oportunidades. La película muestra elementos tan importantes en las comunidades como los usos y costumbres, las tradiciones, la forma de ver el mundo en las comunidades.
Es bueno hablar de tus logros, pero es mejor hablar de tus raíces, porque ellas son las que te acompañarán durante y después de la vida.
Autor: Gbariel Huerta Solana
